LA EXPERIENCIA DE UN VOLUNTARIO HOLANDÉS EN EL CENTRO MIGUEL MAÑARA

Me gustaría describir mi experiencia como voluntario en el centro de miguel Mañara en julio 2021. Primero voy a explicar las razones por hacer el voluntariado en este centro de Sevilla. En 2019 estudie un semestre en la Universidad Pablo de Olivade. Ahí conocí a muchos españoles agradables. Uno de ellos se llama Juan Miguel. Después de este semestre hemos seguido en contacto por videollamadas y WhatsApp. Yo quería seguir estudiando español, pero no tenía muchas ganas de hacer un otro curso de idiomas. 

Por esto, mi amigo Juan Miguel me recomendó hacer un voluntariado en España. Yo también estaba completamente de acuerdo que es una manera perfecta de practicar un idioma mientras hacer algo buena por la comunidad. Juan Miguel me ponía en contacto con Sor Consuelo, quien es una parte de las hijas de la caridad. Ella me ayudó a encontrar un sitio donde podía ayudar en el verano. Este lugar fue el centro de acogida Miguel de Mañara, que está ubicado en un edificio grande el barrio de Macarena, Sevilla. 

Directamente después de mi primer día ahí como voluntario realicé que es un centro especial. Sor Consuelo me acompañó por la mañana a la misa. Esto fue una oportunidad perfecta para conocer a los trabajadores y acogidas del centro. Las acogidas del centro son gente, por la mayoría, de la calle que tenía problemas relacionados con adiciones o dinero. Además, el centro ayuda también a chicos inmigrantes que han venido a España. Las hermanas y otros trabajadores hacen un trabajo increíble para asegurarse que todos se sienten cómodos y seguros. 

Un día habitual en el centro como voluntario:

Solía llegar a las 08.30 de la mañana para ayudar con la preparación del desayuno. Después a las 09.00 fuimos con 4 o 5 personas a las salas para repartir la comida y bebida. Otras tareas durante el día fueron ayudar con la limpieza, preparar las mesas y repartir el desayuno. Además, había mucho tiempo para estar con las acogidas y los chicos. Hemos hablado sobre muchas cosas interesantes, como la cultura de Andalucía, cómo pasan los días en el centro y también hemos hablado mucho sobre la situación para jóvenes en países como Marruecos, Nigeria y Senegal. 

Trabajé tres semanas en el centro durante el verano. El COVID limitaba las actividades para hacer con las acogidas, pero aun así pudieron dar una vuelta por el barrio o incluso nadar en una piscina en otra parte de Sevilla. Me alegro de que la situación haya mejorado mucho desde entonces.

Lo que nunca olvidaré es el optimismo y la alegría de las personas en el centro. Sí, a veces hubo algunas peleas, pero esto nunca afectaba la positividad y las sonrías de la gente. Ellos fueron muy interesados de saber algo sobre Holanda y por otra parte aprendí mucho que no podría haber aprendido en mi propio país. 

Al final, quiero dar las gracias a todas las personas que han enriquecido mi experiencia en Miguel de Mañara, incluyendo Sor Consuelo, Sor Magdalena, las otras hermanas, los monitores, voluntariados, trabajadores, las acogidas y al final los chicos jóvenes del centro. ¡Espero que el futuro sólo traiga cosas buenas para todos!


Un saludo,  

Sybe Westerhof

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