Mi primera vez. Uf, no sabía ni dónde estaba la sala de reuniones, ni siquiera conocía a muchos de los que me iba a encontrar. Pero allí estaba. Cuando llegué me recibieron con abrazos, sonrisas y buenos propósitos. Sólo deciros que fue muy grato conoceros y poder verificar cuánta gente buena y con ganas de ayudar existe en el mundo, entre las que, por supuesto, estáis incluidas.
Fue la primera vez que participo en una reunión de esta índole. Todos participativos y todos con tanta fe y esperanza para lograr los objetivos y poner en marcha tantos proyectos encaminados a hacer mejor y más ecuánime este mundo en el que vivimos, poniendo en lo más alto, en el primer lugar al pobre, al humilde y al más desfavorecido de los seres humanos.
Para mí, un encuentro muy provechoso, distendido, amable y alegre.
Gracias por hacer posible este gran proyecto que han comenzado nuestras queridas Hijas de la Caridad. Que no decaiga esta iniciativa aunque encontremos, que las encontraremos, esas piedras, a veces rocas, en nuestro camino.
De nuevo os doy las gracias por ser voluntarios del Amor con mayúsculas.
